Km 0 al 2:
Esto es re loco,
hay mucha gente. Y mirá, de todas las edades... Hace calor. Creo que
puedo mantener un buen ritmo. Uy ahí veo venir a un señor de como
80 años. Qué tierno! Ojalá yo corra cuando tenga esa edad. Creo
que tenemos el mismo ritmo, que bueno, así me va inspirando todo a
lo largo del camino. Nono, me parece que lo voy a tener que dejar
pasar.
Km 2 al 4:
Qué onda todos
estos chabones que me están pasando, viven entrenando?? Tienen cara
de que estas competencias son la vida para ellos. Bueno, está
perfecto. Yo estoy acá por otros motivos. Uy las minas también me
pasan. Che no daban agua a esta altura supuestamente? Y los tanques
de oxígeno en qué km estaban?
Km 4 al 5:
Bueno joya,
finalmente entré en el segundo aliento. Dejé de padecer y
aparentemente estoy entregada. Menos mal que la tortura psicológica
aflojó. Uy qué bueno, llegamos al km 5, ya estoy a la mitad de esta
historia; estoy en el medio de la sopa. Está buenísimo, no me queda
otra que jugar con lo que tengo, que ahora es esto, sea mucho o poco,
acá estoy. Estoy orgullosa de mí. Voy a hacerlo, voy a atravesarlo.
Hace 3 meses no pensé que pudiera correr ni 3 km y ahora estoy acá
haciendo 10 km. Mi cabeza es un lugar mucho más ameno para vivir.
Pase lo que pase, sé que en algún momento se va a terminar y voy a
sobrevivir. Atravesé la parte más difícil.
Km 5 al 7:
Respirá Débora.
Sólo seguí. Uy ya estoy en el 7!?
Km 7 al 9:
Me sigue pasando la
gente. Qué onda, no están cansados loco?? No saben que hace casi
una hora que están corriendo?!?! No tienen cayos en los pies? No
tienen calor? Me pasan algunas mujeres bastante grandes también.
Buen, aparentemente esto es lo que hay. Me pasan los grupos de
corredores que llevan sillitas con chicos discapacitados. Todos los
aplauden. Me pasan las señoras que van casi caminando y pienso “yo
corro así de despacito? Cómo puede ser, si yo siento que soy
Flash??”. En eso veo un señor ciego y su guía con pechera
naranja. Me emociona. Pienso que todo es posible, que dentro de cada
uno de estos 10.000 corredores hay una historia, que esos 10 km
significan algo diferente para cada uno y que el tiempo no significa
nada. Creo que voy a llorar. No Débora no llores que estás medio
deshidratada y no podés darte el lujo de perder más líquido del
cuerpo. Sólo dejate inspirar por él y seguí avanzando.
Km 9 al 10:
Trascender. No
siento dolor, sólo un cansancio de fondo, constante. Las piernas
están un poco pesadas, pero van solas. A esta altura me es más
facil seguir que parar. Qué hermoso todo esto. Atravesé mi pared de
dolor y sobreviví. A ver si puedo acelerar un poco el ritmo... no.
Evidentemente dejé de tener el control de mis piernas hace un largo
rato ya. Dejémoslo ahí. Tendré que llegar así nomás, sin
ostentar velocidad ni facha.
Últimos metros:
Voy por el medio de
la calle hacia la linea de llegada. El reloj marca 1.10 hs
exactamente. Hay mucha gente a los costados mirando, pero nadie
conocido. Es como en la vida; uno va solo. Uno tiene que hacer las
cosas por uno mismo, no para buscar el reconocimiento de nadie. Estoy
contenta. Satisfecha conmigo misma. Mi mundo interno es agradable. No
me interesa demasiado nada de lo que está pasando afuera. Busco mi
Gatorade, mi agua, mi barrita de cereal. Me sacan el chip de la
zapatilla. Miro y entiendo lo que está pasando, pero estoy en una
dimensión paralela.
Y así nomás, sin
pena ni gloria, sin coronaciones y sin moños, atravesé un desafío
personal de los más difíciles a lo largo de mi vida: correr en
resistencia y enfrentarme a convivir con mi cabeza cuando todo afuera
es incómodo y te lleva al límite. Y, parecido a cuando subí al
Cerro Bellavista, lo único que queda en carne viva es eso de lo que
estás hecho en el fondo. Todas las imágenes personales y el ego se
cayeron en el km 3. Los otros 7 los corrí por fé.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Comentá abiertamente eligiendo abajo en Comentar Como, la opción "nombre/URL" y si querés poné la dir de tu pag en URL, o dejalo vacío. Tus comentarios y opiniones me ayudan a mejorar este blog :)