domingo, 11 de enero de 2015

Mi historia de amor con la acrobacia: un puente entre el cielo y la tierra.

creatividad ejercicio gimnasta acrobacia conectando creativos

En mi vida siempre estuve inspirada a romper con los límites físicos que creemos que tenemos, y por esto me la pasaba viendo películas de deportístas, de historias de vida de personas que hubieran tenido sueños que para ser cumplidos obligaban a romper todos los moldes. No sabía por qué, pero me estallaba el pecho cuando veía a las gimnastas volar por el impulso de sus propios cuerpos. No había aviones, no había ningún otro objeto; era la biomecánica perfecta en conjunción con la mente de una persona, que hacían que lo imposible fuera posible para uno entre miles. Qué hay detrás del cuerpo entrenado, los músculos, la técnica? Nada tangible, solamente una persona con una intención muy grande de ir más allá. Porque un flic flac, o un mortal suspendido en el aire, es trascender. La sensación es gigante. Es como entrar en meditación profunda. Es como morir.


A los 14 años fui a un club de barrio y me anoté en gimnasia artística. Para mí, que había soñado tanto tiempo y representaba algo tan mágico, estar llevándo mi ideal al mundo tridimensional era una locura... Me acuerdo de la primera clase a la que fui, de mis compañeras, del mini tramp, de la sensación que tuve la primera vez que salté. Me acuerdo cómo todo se suspendió en el aire y la vida tal como la conocía cambió para siempre. Eso era. Eso era lo que yo quería hacer. Esa era mi casa; allá arriba. Y de ahí en más cada cosa que hacía estaba dirigida a conseguir un microsegundo más de duración en el aire. Un centímetro más de altura. Un poco mas de velocidad, fuerza y potencia para lograr llegar a un momento del ejercicio en donde todo se congelara y yo pudiera desaparecer. 

Entrené un par de años. Fue la etapa más intensa de mi vida hasta ese momento. No puedo estar lo suficientemente agradecida por haber vivido todo eso tan de joven. La capacidad mental que te da el deporte y el conocimiento de vos mismo que te brinda no se compara a ninguna otra actividad. Y cuando 3 años después dejé, no lo hice porque no me gustara más la gimnasia, sino porque se volvió muy competitivo y en algún momento sin darme cuenta dejé de disfrutar para pasar a vivir en un estrés constante. Que si tenés dos kilos de más, que si no tenés suficiente flexibilidad, que si tu entrenador está de mal humor, que si saliste cuarta en vez de tercera, que si justo el día del torneo te caíste de la viga, que si se te abrieron los cayos de las manos y no pudiste entrenar en las paralelas toda la semana... Todo se hizo demasiado para mí. Pasó a tener la especulación de un negocio y no la pureza de una actividad humana que las personas practican por pasión. Este aspecto tan duro del deporte me gastó. Más cuando ese gimnasio, esa actividad y esas personas se convierten en lo único que ves, hacés y respirás todo el tiempo. Mi valor personal empezó a estar dado por cuántas posibilidades de ganar tenía. Todo esto en un ambiente de tensión y competitividad, hizo que empezara a tener lesiones por estrés como esguinces de tobillos y tendinitis en los hombros. Un día simplemente me dí cuenta de que no podía seguir yendo. Fue instinto de supervivencia. Mi cuerpo no podía ir a entrenar. Y no me quedó otra que respetarlo. Algo muy profundo no me dejó entrar más al gimnasio, ni a ningún otro, por mucho tiempo.

Pero los años pasaron y si bien mi rechazo hacia la actividad en su forma competitiva perduró, un día a los 22 años me encontré buscando en internet lugares para volver a entrenar, esta vez como parte de un grupo de adultos. El objetivo era más recreativo que competitivo, y eso me llamó la atención. Extrañaba reencontrarme con mi guerrera interior, con mi potencia, con mi determinación, con mi fuerza y mi paz allá arriba. Aún con varios kilos de más y fuera de estado, volví a entrenar y rápidamente me reencontré cómoda en mi piel.  

Qué es lo más importante de todo esto para mí? Haber descubierto lo que es ser consciente del cuerpo y a donde te puede llevar.  Se trata de un nivel de armonía muy integral y total en una persona. No es lo mismo sentirse bien mentalmente, o físicamente, que sentirse bien en todos los aspectos al mismo tiempo manteniéndolos en armonía. Se potencian. Hablo de una tranquilidad y felicidad bien desde adentro, muy real y verdadera, que sentís que te supera y se irradia. Si experimentaste esto a un nivel tan pleno en algún momento de tu vida, nunca vas a poder conformarte con menos, y una vida sin ejercicio la vivís como una vida incompleta. Aun cuando ese período dure muchos años, cuando te vuelvas a encontrar con vos mismo entrenando, va a ser como volver a casa.

Tu cuerpo es un templo que te aloja durante un tiempo delimitado. Vos, tu potencial, tu existencia es SAGRADA. Tu cuerpo no es solo un objeto que te transporta de un lado a otro, ni es menos importante que tu mente. Vos sos una conjunción de todas esas capas que te conforman, aunque algunas sean mas burdas y tangibles (como tu cuerpo) y otras sean más sutiles (como tu mente o tus emociones). Tu cuerpo te puede llevar a espacios que trascienden lo físico y que no te podés imaginar. Puede ser un puente por el que vas y venís del cielo a la tierra. Por eso hay que cuidarlo, tratarlo bien, trabajar en conjunto con él. Pretender que no existe, o decir que para vos simplemente no es una prioridad, es un pensamiento que no te va a ayudar a crecer. También tenerlo obstruído lleno de basura, intoxicado con sustancias pesadas o invasivas, es como pintar con graffitis el techo de la Capilla Sixtina. 

Ojalá que hayas tenido la experiencia de estar en sintonía con tu cuerpo en algún momento de tu vida, y sino, ojalá que este post te inspire a buscar ese estado de salud profunda en donde tu fuerza, flexibilidad, resistencia y estabilidad mental y emocional convergen. No hace falta que tengas ningún reconocimiento externo ni medalla ni trofeo. El deporte o el ejercicio físico no están ahí para hacerte llegar a un resultado concreto, ni para sobresalir y que otros te admiren; es algo que existe PARA VOS. Es un fin en sí mismo el practicarlo. No hace falta ser el mejor, ni el segundo mejor, ni el tercero mejor. Sólo se trata de conocerte a vos mismo y acceder a todos los aspectos que te conforman, sin ignorar ni pelear contra ninguno de ellos. 

* * *

No importa donde estés ahora, no importa cual sea tu estado físico, tus lesiones, tu edad. Solo movete hacia adelante y no pierdas nunca la motivación para mejorarte a vos mismo. 

Veterano de guerra con lesiones irreversibles de columna y piernas empieza su rehabilitación.

Algunos están más avanzados, otros están recién empezando y tienen más obstáculos que superar. Nada de eso importa. No importa a dónde llegues. Solo importa tu convicción y la vida adentro tuyo que quiere fluir por tus venas. No la detengas. No la obstruyas. Podés tener 88 años o 18, las condiciones pueden estar dadas fácilmente para que ejercites, o pueden estar en contra. No te quedes pensando en lo desafortunado de las circunstancias, solo hacelo.

Johanna Quaas es la gimnasta de 88 años más inspiradora del mundo.

A veces te vas a caer. Muchas veces vas a perder. No importa si sos el último. Sólo seguí avanzando. La clave es poner un pie delante de otro. 

En el reino del deporte no rige la lógica sino tu intención de ir más allá.

También puede ser que vos quieras mucho algo, y nadie crea en vos. Puede ser que nadie te apoye por momentos. Puede ser que te consideren inapropiado. Puede que crean que no sos suficiente. Te van a decir que tenés demasiado de esto, o poco de aquello. A veces incluso vos mismo te lo vas a decir. No importa nada de eso. No te detengas a escuchar cosas que no te sirven. Vos seguí adelante caminando y confiá en que tu intuición te va a saber abrir camino aún por donde nadie logre verlo. Aún donde ni vos puedas verlo. No tenés que ver el camino. Sólo tenés que ver tu pie adelante del otro.

Misty Copeland, una bailarina que nació en el cuerpo equivocado, pero no le importó.

Y por eso es que a vos tampoco te tiene que importar. Porque hay algo más profundo que lo que la razón te diga, y es que estás acá para brillar. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Comentá abiertamente eligiendo abajo en Comentar Como, la opción "nombre/URL" y si querés poné la dir de tu pag en URL, o dejalo vacío. Tus comentarios y opiniones me ayudan a mejorar este blog :)