sábado, 24 de enero de 2015

A horas del primer viaje en el viento (Proyecto Conectando Creativos en acción)

Sobre cómo dejarse llevar por el viento...

Faltan a penas unas pocas horas para que empiece el primer Viaje Experimental Destinado a Descubrir, Documentar y Dejarse Llevar por el Orden Salvaje y Silencioso de la Naturaleza y la Hospitalidad Humana, o V.E.D.A.D.D.D.L.O.S.S.N.H.H. 
De qué se trata todo esto? Es un proyecto que en un primer momento para mí representaba un desafío pero que a medida que me fuí sumergiendo ví que era lo más fácil del mundo. Implica tener un equilibrio entre las cosas que quiero controlar, y las que suceden sin que las prevea o determine yo con mi voluntad.
Resulta que a veces uno desea muchas cosas, y si tiene los recursos (materiales y humanos) para hacerlos suceder, es normal que se engolosine con SER EL HACEDOR. Tener esta cualidad de fuego, claridad de visión, foco, determinación e intensidad te puede volver una flecha capáz de dar directo en el blanco. Es una cualidad de la energía es muy útil y que manejan muchas personas líderes, pero que te puede volver un obsesivo del control. Se asocia con una persona inteligente y aguda mentalmente para identificar las situaciones, las oportunidades, y para “leer” lo que está sucediendo y rápidamente elaborar una serie de pasos mentales para ir de ese lugar al lugar donde desea estar. Estas personas suelen tener una mirada muy intensa.
No es “malo” ni “bueno” ser así. Sólo debemos saber usarlo y acompañarlo de humildad y empatía. Ser una persona proactiva, eficiente, que toma la iniciativa es un gran talento. Como todos los talentos, siempre es necesario ser consciente en su uso. Es una herramienta que te ayuda a moverte en la vida hacia adelante. Y obviamente, cada uno aprende a explotar sus fortalezas.

Por otro lado está esta otra manera de moverse confiando en que todo se va a ir dando misteriosamente como deba darse. Tiene que ver con confiar en el mundo, confiar en las personas, confiar en la naturaleza, y tener una actitud más de testigo de los eventos, que de líder protagonista que agarra las cosas y las hace suceder con sus propias manos. Este tipo de inteligencia se asocia a las personas muy sociables, al saber manejarse pacíficamente y aceptar con tranquilidad que la naturaleza tiene ritmos más sabios que los que yo quiera imponer. Esta gente suele ser más flexible que la anterior, porque aprendió a hacer la plancha. De nuevo, no es ni malo ni bueno. Hay que saber equilibrarse y entender cuando es necesario dejarse llevar y cuándo es necesario volverse el ejecutor explícito de la acción.

Argentina se caracteriza por tener una sociedad muy creativa, muy astuta, con mucho fuego intelectual. Tal vez tenga que ver con habernos acostumbrado a vivir en un sistema de estructuras que no nos sostiene, y con haber aprendido a desenvolvernos cada uno por su cuenta para sobrevivir. En otros países o culturas como en India por ejemplo, fueron creciendo como sociedad hacia un comportamiento más pacífico que tiene que ver con esperar y confiar que todo va a suceder. En general son personas mucho más espirituales que nosotros, y que integran esta consciencia de que un poder más elevado los ordena, a su vida cotidiana. No están apurados todo el día, ellos aprendieron a fluir.

Dejando de lado juicios y preferencias a nivel personal, en este momento tengo la intención de aprender aquello que me cuesta más, que en mi caso es DAR LUGAR a que todo “vaya dándose solo”. Hace un tiempo escribí e ilustré mi primer libro (ya tendré novedades más adelante) pero a grandes rasgos se trata de un personaje que a través de las páginas va conociéndose y tratando de descubrir su lugar en el mundo. Una de sus limitaciones es que no sabe hacer la plancha =) y entiende que es algo que le vendría muy bien aprender.

Hace un tiempo también, descubrí los blogs de viajeros nómades como Aniko Villalba (www.viajandoporahi.com) o Juan Villarino (www.acrobatadelcamino.com) y otros similares. Lo que me voló la cabeza era que este último chico en varios posts cuenta cómo agradece haber tenido siempre “un poco menos que lo suficiente”, porque a lo largo del camino eso lo ayudó a estar abierto a conocer la generosidad y amabilidad de las personas. No tener miedo, saber que siempre va a aparecer aquello que necesites, confiar en la hospitalidad del mundo, y hacer de esto tu forma de vida me parece hermoso y admirable. No es fácil llegar a este estado de confianza absoluta y total que te permite desprenderte de todas tus certezas y acumulaciones, y vivir todos los días de tu vida dependiendo de los milagros que ocurren en el camino. Abandonar toda NECESIDAD de control y no tener miedo. Me dí cuenta de que un poco de esta confianza ciega y entrega era lo que yo necesitaba para crecer. 

De a poco, con solo tenerlo presente, me fueron pasando las cosas que me llevaron en esa dirección. Para los que me conocen, ya saben que uno de mis puntos débiles (depende cómo se vea, pero ponele...) es que me cuesta no saber a donde me dirijo, o dejar ventanas abiertas inconclusas, o depender del viento. Pero al mismo tiempo me rodeo de gente muy linda que por suerte me va ayudando sin saber a incorporar esta forma de moverse por la vida. Primero, porque yo tengo la intención de mejorarme a mí misma, de aprender, de atravesar mis limitaciones o tendencias naturales, que si bien son muy útiles, después de un tiempo me empiezan a encerrar en paradigmas mentales cuadraditos y herméticos. Bueno, no quiero ser así de inflexible e intransigente. Segundo, porque veo que viven más felices!! Más allá de los resultados, estos maestros de la vida que no casualmente son mis amigos, siempre caen parados! Son personas adorables, buenas, inocentes, que se permiten fluir sin querer saber todo de antemano, y la evidencia demuestra que cuando uno hace lugar para que la magia secreta que ordena todo entre el cielo y la tierra actúe, ella indefectiblemente se manifiesta.

Bajo esta premisa de a poco dejé de “tomar decisiones” para empezar a dejar que las decisiones me tomaran. Un día hará 2 meses, sentí que una idea me atravesaba por completo, y no era una idea que venía de la cabeza. Era algo que sentía que ya estaba pasando: la imagen de hacer un cicloviaje (viaje o turismo en bicicleta) por el sur. No tenía la posibilidad de comprar todo el equipo (equipar la bicicleta, carpa, bolsa de dormir, alforjas, pasajes, etc) pero sentí que igual podía suceder. Imaginé que la fecha ideal sería del 1 al 15 de enero. Empecé a HACER todo lo necesario para lograr que esto se convirtiera en realidad. Conseguí mover la energía y concretar algunas cosas: diferentes conocidos ofrecieron prestarme algunos elementos sueltos, o a compartir mi post de que alguien que estuviera yendo a Bariloche en esos días... etc. Pero se acercaba la fecha y algunos puntos fundamentales no se aclaraban. La carpa estaba incompleta, un cliente seguía retrasándome el pago por un trabajo adeudado, y no aparecía un conductor. Completamente tranquila y convencida de que el viaje se iba a dar cuando y como debiera darse, y no como y cuando yo quería, dejé que las cosas se siguieran desenvolviendo solas. Y así fue como un día me contacta una ex compañera de facultad (que no veía hace 10 años al menos) por Facebook para decirme que tenía un amigo que viajaba el 25 de enero en auto y que me ofrecía llevarme. Así de fácil. Y listo, ya tenía fecha de salida. Luego hablando con una amiga de Bariloche, me comenta que hay una feria a la que le gustaría presentarse en febrero, pero que no podía y que le venía re bien que yo la ayude (sisi, lo que escuchás). Ella quería llevar su emprendimiento de merchandising + fotografía, pero no tenía tiempo. Yo tenía el tiempo y las ganas. Listo. Ecuación perfecta. Nada más lindo que ser útil y estar donde querés al mismo tiempo que donde te necesitan.

En el plan de 3 semanas en Bariloche hay MUCHOS días que no están planeados. Y me encanta. Sigo sin tener el equipo necesario, pero te digo que de alguna manera va a aparecer, y voy a hacer aunque sea unos días un cicloviaje por la zona. No me preocupa salir corriendo a comprar todo lo que me falta, o salir corriendo a vender mi hígado para pagar un pasaje de vuelta. En el mundo hay abundancia y amabilidad. Y confío en que el espíritu de este proyecto tiene la honestidad necesaria como para atraer para sí mismo todo lo que necesite para suceder.

Todo esto me hizo pensar mucho y descubrir que los medios nos comunican demasiadas imágenes de un mundo plagado de violencia. Vivimos con miedo, creemos que tenemos que atajarnos, controlar todo, levantar muros y poner una bandera que me ASEGURE y GARANTIZE mi control sobre ese pedazo de tierra. Cuando una persona se siente amenazada se cierra, se mete para adentro, desconfía de todos, y cree que la gente siempre le quiere QUITAR algo. Así es como vivimos con paranoia y reaccionamos con violencia a penas se nos acerca alguien nuevo. Esto es simplemente inexperiencia. Yo siento que al uno empezar a abrirse descubre que hay mucho más de lo que creemos, y que tenemos más motivos para confiar que para desconfiar. Creo que todo está ahí para que lo disfrutemos. Creo que los únicos que nos ponemos límites y nos cortamos las alas a los sueños somos nosotros mismos. Vamos a documentar y a compartir más experiencias positivas, así nos seguimos inspirando mutuamente, como lo hicieron viajeros anteriores conmigo.


Ya les iré contando como se desenvuelve esta aventura.

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