9 cambios claves en cómo vemos, tratamos y criamos a nuestros perros.

Los pitbulls, animales amenazadores con alto riesgo de matarte de amor.

Tener perros como mascotas es algo muy común, pero es importante tener en cuenta algunos aspectos de cómo los percibimos. Los perros son animales, y por más que sean nuestros amigos más cotidianos y cercanos, no debemos olvidar que somos nosotros los que tenemos que extendernos a entender su naturaleza, y no ellos los que tienen que comportarse como a nosotros nos quede cómodo. Acá abajo 9 tips para entender mejor a tu perro, y para aprender a ser un mejor líder para él:

• Tu perro es un animal. Sí. Es shockeante, pero últimos estudios han revelado que no es un objeto decorativo para la casa. Un animal tiene necesidades, un hábitat que le es natural, códigos de comunicación, una manada, necesidad de aprendizaje y desarrollo, etc. Antes de adquirir un perro, por favor asegurate de estar haciéndolo por los motivos correctos y no simplemente porque es lindo o porque está de moda esa raza. Esto implica que estás dispuesto a aprender cómo tratarlo, a satisfacer sus necesidades, a entender sus códigos de comunicación, y a darle todo lo que necesita. Si no tenés tiempo para sacarlo a pasear todos los días al menos una hora, los recursos necesarios para ocuparte de él, para generarle actividades estimulantes junto a otros perros, para pasar tiempo con él al aire libre, para sacarlo a correr, o para aprender todo a cerca de él, por favor no lo adquieras. Tenerlo encerrado en un depto/casa todo el día solo es la pesadilla nro 1 para ellos, y es comparable a vivir preso para un ser humano.

  

  Importante: el perro es un especímen que babea y ronca.

• Sos el responsable de su desarrollo. Es como tener un hijo. Un perro no es como un pez, no se las arregla solo, y no podemos dejar que lo críe el viento. Necesitamos tomar consciencia de que su naturaleza es EN MANADA, y al nosotros separarlo de sus hermanos biológicos, estamos alterando su evolución y su vida de maneras exhorbitantes. Por favor no lo ignores, no lo dejes solo todo el día, no lo encierres en el garage para que “no te moleste”. Tu perro, especialmente desde los 2 meses de vida (que es lo más pronto que podes separarlo de su madre) hasta los 2 años y medio, está en pleno desarrollo y necesita muchos momentos de juego (unos 6 al día aprox), mucha interacción, mucho contacto, y mucho descanso. Así es como aprenden cosas importantes para su vida adulta; como por ejemplo los límites dentro de su manada, a no morder, a esperar para comer, a saber relacionarse con otros, etc. 
• Aprender a socializar de manera natural y relajada. 

  

  
  

  Ellos se adoptan como manada y copian sus comportamientos. 

  Cualquier similitud con los humanos no es pura coincidencia.

  
  

  

  Juegan bruto. Y está bien. 

  
  

  

  Tienen aspiraciones de modelos. Y está muy bien también.

  Desde chiquito, tu perro necesita interactuar con otros perros, personas y energías. Es importante que sepa que ellos no representan un peligro ni para él, ni para vos, su líder. Depende de qué tipo de carácter y energía tenga, va a reaccionar diferente en el momento en que se siente en peligro; algunos pueden querer huír, otros ladrar, otros morder, y otros rendirse. Nunca es bueno que un perro tenga miedo. Por eso, averiguá cómo ayudarlo a socializar y a entenderse con otros perros y personas desde chiquito. No permitas que se quede encerrado tras su propia barrera de temor, porque esa inseguridad crece con el tiempo y un perro con miedo es un perro tenso, encerrado, que no conoce el mundo y que, si nunca se enteró de que los demás no le van a hacer nada malo, es posible que muerda para defenderse. En definitiva, es una bomba de tiempo. Además de ser un peligro para él mismo y para otros, pensá la calidad de vida que va a tener: puede ser un perro relajado y felíz, que le gusta jugar y se divierte con todos; o puede ser un perro encerrado en sí mismo y lleno de miedos, imposibilitado de disfrutar porque siempre está sintiendo peligro donde no lo hay. Si ves que tu perro muestra síntomas de intolerancia hacia otros, empezá a pensar en sacarlo más, en darle más horas de ejercicio físico y de aire libre, y por supuesto, asesorate sobre cómo ayudarlo a que interactúe sin ponerlo en peligro. Pero por favor no fortalezcas su encierro y su miedo.
• Caminatas y ejercicio físico. Al sacarlo a pasear el perro ya empieza a aprender la jerarquía en su nueva manada (el siempre debe caminar atrás tuyo, nunca delante), tiene nuevos estímulos, aprende a confiar en su olfato, gasta mucha energía física, y es un buen momento para compartir con vos. Caminar con tu perro es la actividad más completa que podés compartir con él, y no puede faltar.
• Entendiendo sus códigos. Tu perro necesita desesperadamente confiar en vos para poder relajarse. En su mundo de códigos, necesita ver que tomás las riendas, que sos su Alfa y que lo vas a cuidar. Pararse derecho, comer vos ANTES que él, caminar POR DELANTE de él, pasar VOS PRIMERO por una puerta SIEMPRE, no permitir que se te suba arriba tuyo o te salte todo el tiempo, no permitir que suba a tu sillón o a tu cama A MENOS QUE VOS LO INVITES, son solo algunos de los códigos que en su mente significan que pueden confiar en vos como su líder. Parecen detalles y cosas tontas, pero es importante que los respetemos y que sepamos ocupar el lugar que debemos ocupar. Igualmente importante es saber tratarlos con amor, paciencia y dedicación. Ocupar nuestro rol con determinación y al mismo tiempo humildad es fundamental.
• El correcto tipo de energía para tu amigo. Las razas con más energía son más demandantes y recomiendo que sólo adquieras uno si sos jóven y te gusta hacer ejercicio a diario. Qué quiero decir con esto? Que te informes siempre sobre el enorme mundo de los perros antes de decidir cual es el mejor para vos. Si de corazón querés tener un compañero peludo y tus motivos son genuinos, vas a encontrar el perro ideal para vos, uno que tenga una energía similar a la tuya. Nunca es recomendable que tengas un perro con energía más alta que vos. Pensá cuanto tiempo y predisposición realmente tenés para tener una vida dedicada y activa para él, y asesorate por un profesional para ver cual te recomienda. Hay perros más tranquilos y serenos, otros con una energía media, otros con energía media-alta, y otros con energía muy alta. Igual pasa con nosotros, las personas. Si sos mayor y tu ritmo de vida es lento, no recomiendo nunca jamás que tengas un pitbul, por ejemplo, ya que son los perros más enérgicos que conozco, y si no le podés dar toda la atención y ejercicio que necesita, se te va a ir de las manos.
  

  

  
  

  Acá claramente vemos una situación cotidiana en donde el can se excede con el humano.

  
  

  
  
  
• Desmitificando razas. Un perro tiene algunas características que le son propias y naturales, y otras adquiridas por su desarrollo y por la manada (de perros y de personas) con las que viva. El 95% de las veces que nos encontramos con un perro “peligroso” es porque no fue correctamente socializado, porque no salió a hacer suficiente ejercicio, ni tuvo una correcta educación en su vida. Nunca culpes o prejuzgues a un perro, y menos a toda una raza. La mayoría de las veces el problema es que las personas ignoran cómo ser buenos líderes para sus perros, y no les permitieron desarrollarse de manera equilibrada. Por esto es importante SABER QUE UNO NO SABE NADA, Y QUE DEBE APRENDER. Aún con toda esta predisposición, puede no ser una tarea fácil y muchas veces vas a frustrarte. Asesorate, pedí ayuda a un profesional, lee por internet, y siempre sabé que no es una cuestión de fuerza sino de energía mental.
• El líder perfecto es una persona calma y que actúa con claridad estableciendo reglas y límites, pero que lo hace sin usar la agresión ni perder su centro. Tu perro necesita que seas su líder y poder confiar en vos cuando esté en peligro. Esto les da tranquilidad y les permite relajarse. Si siente que tu carácter es muy débil o que no tenés suficiente determinación, asume que él es tu líder y que es su deber cuidarte. Esto puede llevar a que reaccione mal frente a otras personas o perros que se te acercan, y que todo se vaya de control. Si nadie ocupa el rol de líder, él lo va a ocupar, porque su naturaleza es la jerarquía, no la democracia. Ser líder no significa que maltrates o que le grites a tu perro. NUNCA uses el castigo o el refuerzo negativo para corregir una conducta que no te gustó. Ser un buen líder es tener paciencia, repetir mil veces si es necesario la acción para ayudarlo a que entienda lo que debe o no debe hacer, hacer silencio y dejar tu conveniencia de lado para tratar de entender realmente qué está necesitando tu perro o tu manada, establecer reglas, darle actividades que estimulen su energía física, su olfato, sus códigos visuales, sus códigos auditivos, darle momentos de juego, momentos de descanso, correcto alimento, sacarlo a pasear, compartir tiempo con él, y cuidarlo de los peligros. Fundamentalmente tu autoridad debe ser segura, disciplinada, clara, nunca violenta, y muy amorosa. Acordate que vos sos la luz en los ojos de tu perro, él está enamorado de vos por default y tu reconocimiento lo es todo. No dejes de darle afecto y reconocimiento, pero sólo cuando esté sereno y calmado, luego de que ya tuvo su sesión de ejercicio y de disciplina.
• Tu perro es tu reflejo. Si. Lamentablemente es duro de reconocer, pero son grandes maestros y vienen a poner en frente de nuestra naríz todas nuestras limitaciones. No te enojes con ellos, más bien identificá qué es lo que te están mostrando, y asesorate para superar las dificultades que surjan. Vas a ver que a medida que vayas entendiendo como tratar a tu perro, cómo ser un mejor líder para él, vas a ir conviertiéndote en mejor persona.  
  

  

  Nunca tengas un perro. Son cosas horribles.