Creatividad y educación: el rol del educador, mantenerse abierto, sano, e inspirar.

Cuál es el punto más alto al que podés llevarte a vos mismo?
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Lo que más me quedó de todos los años que estudié Diseño Gráfico en la Universidad fue que cuando nos dieron vía libre para imaginar un libro-objeto fuera del formato convencional, a todos en general nos costaba demasiado imaginar otra cosa que no fuera un libro con tapa y hojas, tal cual lo conocemos desde siempre. Con más o menos ilustraciones, con más o menos calados, o tintas, o texto, o tipos de papel, casi nadie pudo salirse de la esencia de lo que es un libro en sí. Y yo pensé... “alguien tuvo que haber creado esta cosa que hoy conocemos como libro y que miles de años después, nosotros estamos diseñando." Pero cuando este objeto llamado “libro” no existía, quién y cómo diseñó este formato, este orden de lectura, esta materialización? Como puede ser que cueste TANTO desprenderse de la idea preconcebida de “libro”?

Hoy en día la creatividad es una palabra que está muy de moda, pero hasta qué nivel de profundidad llega? Incluso si perteneces a un área creativa intrínsecamente, como lo es el diseño gráfico, qué cuestionás? 

Todo aquello que cuestiones es aquello que vos podés mejorar. 
Sé curioso. Animate a ser un poco rebelde.


Entonces, si cuestionás su tipografía, sus ilustraciones, sus imágenes, vas a limitarte a trabajar en ideas para mejorar esto. Pero también podés ir un poquito más allá y cuestionar la distribución de todos los elementos en esa página. Podés cuestionar su orden. Podés ir más profundo incluso y cuestionar la cantidad de páginas, o el tamaño de las páginas. Y podés cuestionar hasta el formato y el tipo del libro. Pero alguna vez se te ocurrió cuestionar el libro en sí mismo? Se te presentó alguna vez la inquietud de querer saber el por qué más profundo de la existencia de algo? Porque a veces la respuesta no es rediseñar ese objeto, sino crear otra cosa de cero.

Hasta que no cuestionemos, nos preguntemos, nos interesemos, y tengamos profunda y verdadera curiosidad por el sistema de creencias y estructuras en los que estamos insertos, no vamos a lograr VER otras opciones, ni mucho menos inspirar a otros a que las vean. Y esto es fundamental para desarrollarse al máximo, y para ayudar a otros a diseñar una vida en la que expresen su máximo potencial humano. Ser educador tiene que ver con tener una amplia capacidad de aceptación y tolerancia a las diferencias, y no solo tolerarlas, sino festejarlas. Porque el aprendizaje se da cuando lo nuevo y lo diferente emerge. El educar contiene en sí mismo un mensaje no cerrado. Educar debe ser compartir, generar un espacio libre de juicios, abierto, en donde cada persona se anime a construír conocimiento, no solo a acatarlo. Si no educamos para construir conocimiento, entonces estamos matando al conocimiento, y por ende el aprendizaje. El riesgo mayor, para mí, consiste en compartir todo lo que yo creo saber con suficiente convicción en que eso ES realmente así, y al mismo tiempo mantenerse humilde y abierto para que otros se sientan inspirados a aportar algo diferente o nuevo a esa area. Es un equilibrio muy sutil; tener que creer que sé, confiar lo suficiente como para decirlo en voz alta, y al mismo tiempo recordar que no sé nada. 

Si me quedo en "esto es así como yo creo" me cierro a seguir aprendiendo y adopto una postura soberbia. Pero si todo el tiempo estoy tan insegura de lo que sé, nunca voy a animarme a exponerme, perdiendo la posibilidad de compartirme a otros. Se podrá lograr la energía ideal de ser una persona que se anima a enseñar y al mismo tiempo no deja nunca de aprender?

Creatividad: romper estructuras
Si no podemos cuestionar ni un objeto que podemos ver y tocar, como lo es un libro, cómo vamos a poder cuestionar y ver si realmente nos sirven todo un sistema de creencias y estructuras intangibles en los que estamos insertos desde hace siglos? Aprender del camino de otro es de sabios, inspirarse en otros es muy útil. Pero nada me va a salvar de que yo misma tenga que caminar y construir. Aunque quiera copiar la forma de caminar de otro, hay un punto en el que tengo que sí o sí tengo que ser mi propia artífice. Acá entra en juego la creatividad.

Educar es servir de guía a otros para que confíen en sí mismos lo suficiente, como para crear. Si yo misma no tengo una mente lo suficientemente abierta, entonces voy a estar llevándolos inconscientemente al lugar que yo considero correcto. Pero no los estaría ayudando a diseñar su propio objeto, sino a rediseñar un libro ya hecho.

A dónde quiero llevar a cada persona?

Cual es el punto más alto, el punto más elevado en el que una persona puede estar? Ese punto es muy subjetivo y cada vez está más demostrado que el sumum antes concebido como “ser rico, profesional, famoso, lindo e influyente” es obsoleto. Durante muchas generaciones quisimos dirigirnos todos a ese lugar paradisíaco en donde la felicidad es eterna y garantizada. En este lugar utópico nadas en una pileta de dinero dentro de una mansión forrada con dólares, tenés un cuerpo perfecto y un esposo/esposa modelo. Por perseguir este formato de vida prediseñado es que fuimos hipotecando nuestro tiempo, nuestra salud y nuestra vida, solo para darnos cuenta (con suerte y al final de todo esto) que en realidad esto no es garantía de felicidad. El problema es que ESE punto en el pináculo de la satisfacción y realización de la vida no es UNO solo que funciona para todos los seres humanos de la tierra. Y si todos queremos dirigirnos allá ciegamente, sin preguntarnos realmente qué queremos, vamos a estar caminando una vida ajena y midiéndonos con objetivos que en realidad no nos pertenecen. No tenemos que ser iguales. No lo somos. No tenemos las mismas cualidades, intereses, formas de crecer, propósitos de vida, y por ende no es necesario llevar el mismo estilo de vida. Es hasta peligroso querer encajar en el mismo formato a tantas personas tan diferentes. 

Cuando uno es educador o guía, o tiene en sus manos el trabajo de ayudar a otros a desarrollarse, debe tener en cuenta esto, para poder inspirar al otro a ser creador y no consumidor de formatos enlatados. Siempre cuestioná el formato. Y motivá a los demás a cuestionar los formatos dados, incluso el tuyo. Cuestionar en este caso no quiere decir criticar agresivamente, sino evaluar y discernir con sinceridad y en silencio, si esto sirve a tu propósito de vida.

En silencio

Tu propósito de vida es lo más íntimo que tenés, y es ese lugar silencioso y secreto a donde el reconocimiento de los demás no llega. Esto es tuyo y de nadie más. Y la forma para estar consciente y en contacto con este aspecto sutil e íntimo de vos mismo es hacer silencio y retirarse del bullicio cada tanto. Sirve muchísimo abstraerse de trabajar para el afuera, y un par de días al año o al mes, trabajar solamente para vos mismo. Allí podés entrar en contacto con tu identidad más profunda, con tus deseos, tus sueños, tus emociones, tus pensamientos; todo eso que aparece cuando estás solo y no tenés nada que te distraiga, ese sos vos. Si no pasas tiempo con vos mismo, si no podés estar en paz con vos mismo, difícilmente puedas irradiar paz o bienestar para otros allá afuera. El riesgo de ser educador, es que tenes la responsabilidad de cuidarte y quererte a vos mismo primero, para luego compartir esa energía con el afuera. La figura del educador debería estar apuntada a lograr que cada persona, al estar en silencio consigo misma, se sienta mejor y más cerca de su verdadera identidad.

Dónde está mi potencial?
Para educar, para inspirar, para mejorar la vida y la experiencia de las personas en su paso por este planeta, primero hay que zambullirse a nadar en, según Julia Cameron, el “manantial vasto de tu propio potencial”. Imaginátelo como una especie de agua que fluye subterránea adentro tuyo y que posee todo eso que querés ser y que en el fondo, ya sos. Es tu mejor versión. Es tu identidad más elevada y desarrollada. Bajo capas y capas de estímulos sonoros, visuales, gritos, publicidades, trabajo excesivo, objetos de lujo, búsqueda del reconocimiento ajeno, comida chatarra, y estilos de vida poco saludables, duerme pacífico e impoluto tu máximo potencial. Cómo acceder a él? Cómo inspirar a otros a que accedan a él? Cómo mejorar tu relación secreta con vos mismo? Cómo caminar en tu propia dirección y no en una ajena? 

Buceá profundo adentro tuyo, hacé silencio, hacé el camino hacia adentro.

Para esto es importante reducir al mínimo la cantidad de capas densas de toxinas que te separan de tu interior. Esta es la razón por la cual para mejorar tu calidad de vida, tener una mente clara y serena, y un cuerpo que no se interponga en tu camino, hay que mantenerse saludable. Alimentate bien, hacé ejercicio, nutrí tu espíritu, tu mente, aprendé a estabilizar tus emociones, y honrá tu vida, que es sagrada.

Un buen líder tiene una presencia amable, confiable y sutil que inspira a todos los que se encuentra en su camino. Si vos te tratás así a vos mismo, si vos podés inspirarte así y cuidarte a vos mismo de esta manera, indudablemente vas a reflejar este brillo hacia afuera.

La escencia
Educar es hacer silencio, escuchar, amar a las personas y a vos mismo, tomar conciencia de la profunda sabiduría que hay en cada uno de nosotros, estar dispuesto a aprender de todos sin importar la edad, sexo, jerarquía social o posición laboral que tengan, y desear en lo profundo de tu alma que todos logren brillar en su manera particular. Educar es asumir que todos ya somos sabios de por sí, y demostrarle sutilmente y con amabilidad a cada uno las habilidades que ya tiene. Educar es darle el protagonismo al otro, correrme del lugar de estrella, y poner a disposición mi tiempo y energía para convertirme en un campo fértil donde el otro experimente y se conozca a sí mismo sin temor a ser juzgado. Educar es inspirar a crear.