![]() |
A veces me pierdo en el ruido de las calles, las cosas, la gente, pero por suerte siempre puedo volver a casa para encontrarme. |
Hace un tiempo estoy viendo charlas, videos, blogs y notas sobre
personas en el mundo que tienen un estilo de vida no convencional, tal vez porque nos hacen cuestionarnos conceptos que desde hace
siglos damos por sentado. De alguna manera estas personas se me hacen
muy inspiradoras porque
se dedican a SER quienes verdaderamente son, cada uno en concordancia
consigo mismo, con total paz y aceptación del estilo de vida que
llevan. Y no tienen necesidad de imponer su estilo o de pelear contra
nadie que piense diferente. Simplemente inspiran siendo como son. Me
refiero por ejemplo, a Heidemarie Schwermer, una mujer alemana que hace 15 años decidió vivir sin
dinero. Hay muchas otras personas con proyectos similares a esta
mujer, que aún no conozco.
Por
lo que ví, hay una cualidad de serenidad en ellos que proviene de la
armonía y el equilibrio interno que poseen, de escucharse y de vivir
acorde a sus llamados personales. El mismo mensaje puede ser
expresado con paz o con violencia. Estas personas no estan enojadas.
No pelean con nadie. Simplemente viven siendo quienes son y en ese
camino, contagian. A veces nos gusta lo que dicen o estamos de
acuerdo con los mensajes que profesan. Pero yo siento que la mayoría
de las veces nos sentimos atraídos por el brillo que emanan más que
por lo que dicen.
Cuando
uno vive en un permanente tironeo interno y juicio personal,
culpándose o maltratándose por cada cosa que es o que no es, que
hace o que no hace, sólo va a poder irradiar esa intolerancia e
inflexibilidad hacia los demás, por más que este diciendo algo
bello. En cambio, una persona que está en paz consigo misma va a
estar en paz con el mundo entero. Y no por que otros piensen o vivan
diferente a ellos van a pelear.
Yo
confío en que todas las personas tenemos un motivo por el cual
estamos acá, lo sepamos o no, sea enorme o pequeñito, cada uno de
nosotros está cambiando el mundo con el solo hecho de existir.
Intentar pasar desapercibido o minimizar nuestra incidencia en el
entorno no funciona, porque de todas maneras consumimos oxígeno,
exhalamos toxinas, ocupamos espacio, generamos deshechos, y queramos
o no ya estamos enlazados en una enorme red de retroalimentación
mutua, afectándonos. Hasta nuestros pensamientos, intenciones y
sentimientos silenciosos afectan a nuestro entorno. Pretender no
responsabilizarse por la impronta que dejo en el mundo es como un
elefante que quiere entrar de puntillas a una reunión, y cree que si
no hace ruido y se queda callado nadie va a notarlo. Inútilmente
pretende ser ignorado.
A
veces también ocurre lo opuesto, y nos encontramos haciendo mucha
fuerza por lograr que las cosas ocurran para nosotros. Estamos
ansiosos y deseosos de ser vistos, reconocidos, de tener influencia,
poder, dinero, jerarquía, e invertimos mucho tiempo y energía en
construír una fachada atractiva para los demás.
Y
así es como gran parte de la vida viramos entre dos extremos que
casualmente se llevan muy bien juntos; desear el éxito social y
económico va de la mano con no querer llamar la atención, porque de
hecho, todo el mundo quiere lo mismo. Es como una especie de moda que
se fue imponiendo de a poco luego de la Revolución Industrial y que
todos compramos porque nos fuimos copiando unos de otros. De repente
el ideal era comprar, consumir, tener posesiones. Y todos quisimos ir
por ello. Entonces todo se trata de ir un poquito más allá; tener
un poco más que el promedio pero sin salirse del formato; no salirse
de las medidas aceptables y tolerables. En esta linea, el objetivo
más seguro para todos y menos provocador hoy en día es trabajar en
una empresa multinacional, tener un sueldo alto, vacacionar en
lugares exóticos y caros (cuanto más exótico y caro, más status
me otorga), comprar una casa de varios pisos, tener uno o varios
autos importados, etc. Es el combo perfecto porque nos pone en un
lugar de ser buenos referentes y llamar la atención de otros, pero
sin caer en el lugar de rebeldes.
También
hay otras modas. Todas nos pueden aportar algo. De todas podemos
aprender. Todas son ideas que pueden servirnos en algun momento de la
vida, o para siempre. Si descubriste que querés vivir sin dinero,
que ése es el propósito de tu vida, buenísimo. Hacélo y sé
felíz. Si, en cambio, sentís que tu camino en este mundo es ayudar
a otros a prosperar económicamente, hacelo y sé felíz. Si tu
llamado es ser vegano y vivir tu vida educando sobre la alimentación,
hacelo. Si
sos cocinero y querés viajar por el mundo conociendo las culturas
primitivas que comen fundamentalmente animales que cazan, hacelo.
Si
sos fiel a vos mismo y a tu llamado interno, aunque tu camino sea
romper estructuras y ser un poco rebelde, vas a ser un rebelde en
paz.
Pero para sentir en qué medida el camino que llevás es el tuyo, y no uno que compraste prediseñado, tenés que mirar un rato para adentro y conectarte con vos mismo.
Pero
qué pasa cuando estamos insertos demasiado tiempo en un entorno
social de admiración y culto siempre dirigido a lo que otros poseen
o hacen? El problema es que OTROS no son UNO MISMO. Y si bien admirar
cualidades en otras personas es enriquecedor y ayuda a despertar los
valores propios, hacerlo por un tiempo prolongado puede generar una
desconexión de nuestro propio potencial interior.
Aprender
del camino de otro es de sabios, inspirarse en otros es muy útil.
Pero nada me va a salvar de que yo misma tenga que caminar y
construir. Aunque quiera copiar la forma de caminar de otro, hay un
punto en el que tengo que sí o sí tengo que ser mi propia artífice.
Acá entra en juego la creatividad. Dicen que la creatividad es la
forma en la que la naturaleza se expresa a sí misma, y al nosotros
ser creativos solo estamos continuando con la especie.
La creación de cada uno nunca puede ser igual a la de otro. Por ende, la vida de cada uno, si está en concordancia con el creador profundo que cada uno es, no va a ser igual a la de nadie más.
No
tenemos que ser iguales. No lo somos. Por qué nos empeñamos tanto
en serlo? No todos tenemos que tener las mismas cualidades o llevar
el mismo estilo de vida. Es hasta peligroso querer encajar en el
mismo formato a tantas personas tan diferentes. Sin embargo, hay
algunos valores que pueden ayudar a la mayoría y que son útiles
para tener en cuenta. Practicarlos te puede ayudar a entrar más en
contacto con vos mismo. Se trata de aprender a dejar que el mensaje
que te llama desde adentro emerja. Conceptos útiles:
- No rellenar siempre los espacios de silencio con radio, teléfono o TV.
- Incluso generarlos adrede puede ser un gran avance.
- Comer liviano / sano.
- Tener hábitos que incluyan el ejercicio físico: fuerza, resistencia y flexibilidad.
- No intoxicarse con sustancias que alteren el sistema nervioso o el cuerpo.
- Ser agradecido y poner foco en las cosas que tengo más que en aquellas que no tengo. Correrse del lugar de víctima. Ponerse en el lugar de conductor.
- Observar a la gente en silencio. Hacer vacío total de prejuicios y conectarse con el otro.
- No invadir con palabras, actos, imposiciones, a los otros. Ser respetuoso de su espacio y de su energía. Acercarse a la gente con un sentido de respeto y de honra por lo que son.
- Hacer lo mismo pero con nosotros mismos.
- Aprender a aprender.
- Asumir que todo tiene un tiempo natural más sano que el que pueda forzar yo artificialmente.
- Tomar consciencia de que las personas también somos animales de esta naturaleza y estamos atravesados por el mismo sabio y silencioso ritmo que hace que todo se mantenga salvajemente ordenado.
- Realizar alguna actividad creativa. Puede estar relacionada al arte o no.
- Practicar cambios regulares de los formatos en los que nos movemos: cambiar los muebles de lugar, cambiar de camino para llegar al trabajo, sentarse en otro lugar en el colectivo o en la mesa, escuchar música distinta, conversar con gente nueva, iniciar actividades desconocidas hasta el momento...
- Mantener viva la curiosidad y el entusiasmo por el mundo, los lugares, la gente, el conocimiento.
- Aprender a valorar la belleza escondida en lo cotidiano y en lo no pretencioso.
- Identificar nuestros propios juicios sobre las situaciones y sobre las personas, a penas emergen. Cada vez que nuestro intelecto dice “esto no debería ser así”, o “esto está bien”, “esto es feo”, “esto es imperfecto”, etc. Reconocer esa conversación interna que ocurre cuando nos vemos expuestos a percibir realidades nuevas o diferentes a aquellas entre las cuales nos manejamos cotidianamente.
- Viajar solo cada tanto.
- Regalar cosas sin esperar siempre recibir algo a cambio. Dar.
- Permitirse recibir algo a veces sin necesidad de devolver.
- Saber hacer algo con determinación y fuerza.
- Y saber cuándo es momento de dejarse llevar.
Charlas, documentales y videos interesantes:
1. Serguei Balovin, artista ucraniano que decide empezar a trabajar a cambio de cualquier objeto que sus clientes decidan darle por su obra:
2. Y el documental de la hermosa Heidemarie Schwermer para ver online con subtítulos en varios idiomas: http://vimeo.com/channels/528106/page:2
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Comentá abiertamente eligiendo abajo en Comentar Como, la opción "nombre/URL" y si querés poné la dir de tu pag en URL, o dejalo vacío. Tus comentarios y opiniones me ayudan a mejorar este blog :)