![]() |
Conexión y ser parte de todo |
Fuimos criados para creer en que solo hay un lugar al cual acceder, y que será asignado al mejor de nosotros. Fuimos criados para sentir y ver carencia y miedo en todas partes, y usar eso como motor para movernos hacia la cima de lo que es considerado “éxito”.
La competencia está anclada en este concepto de que el que uno gane conlleva intrínsecamente el que el otro pierda. Creemos que no hay suficiente espacio, y que para yo ganar tengo que impedirle a otro la entrada. Estamos muertos de miedo, compitiendo y arruinandonos entre nosotros para asegurarnos la supervivencia o una mejor calidad de vida. Para hacer esto se nos dijo desde muy pequeños que teníamos que esforzarnos, sufrir, padecer, trabajar mucho, pasarnos del otro lado del límite de lo sano, y rezar para que no haya otro con mejores condiciones que yo que ocupe mi lugar (o directamente pisotear al otro, para que no tenga mejores condiciones que yo). Creemos que este comportamiento está justificado porque tengo que asegurarme la supervivencia, y eso es un derecho que a ningun ser humano se le puede quitar. Entonces está bien que corra velozmente sobre todos los demás.
¿Pero qué pasaría si por un segundo tratases de imaginar un mundo donde no hubiera escaséz de recursos, ni de espacio, ni de oportunidades, ni de trabajo, ni de relaciones, ni de dinero? Es más... en este mundo utópico no existe el dinero ni el concepto de comprar. No existe el concepto de poseer. Todo está dado, es libre, y como hay para todos y es más que suficiente, no existe la avaricia ni la codicia, ni la necesidad de acumular más de lo que estrictamente te es necesario. Porque no hay “miedo de que no haya”. Porque hay de todo y en abundancia.